Mary Pain, una mujer en la frontera entre la juventud y la madurez, se ve obligada a volver a casa de sus padres debido a la crisis económica. Regresa a su pueblo tras más de una década sin pisarlo, a ese lugar rancio y de calor aplastante del que huyó para vivir lejos de los secretos familiares y del qué dirán. Tendrá que enfrentarse al peso de no encajar, a los prejuicios, al fracaso y la soledad. Pero Mary Pain está decidida a ponerle cara a su pasado, destapar los tupidos velos que se corrieron hace demasiado tiempo y darse una última oportunidad.
“Maganta”, término en desuso pero habitual en la zona de origen de la autora, se emplea para referirse a personas vagas, pensativas, débiles. La protagonista carga con esa mochila de adjetivos a sus espaldas, hasta que empieza a soltarlos y a elevarse como un globo hinchable, con peligro de inflamarse.
Maganta es la vuelta al cómic de Lola Lorente tras su primera obra, Sangre de mi sangre (Astiberri, 2011), galardonada con el premio al autor/a revelación del Salón del Cómic de Barcelona. Un trabajo de orfebrería que sale a la luz tras casi diez años madurándolo, en una edición delicatessen.