Considerado por muchos estudiosos del cómic como uno de los mejores dibujantes de historietas del siglo XX español, no son pocos los que hacen extensivo este reconocimiento al ámbito europeo y mundial. Su trazo claro, limpio, esencial, su dominio de la perspectiva, la expresividad, el movimiento, su talento narrativo en la construcción de la secuencia. Su poesía y su humor existencial -surrealista, a veces-, que lo emparentan con sus contemporáneos McManus, Soglow, Hergé, Sempé, Quino... Todo ello hace de Josep Coll un clásico imprescindible que merece ser conocido y leído por las nuevas generaciones de aficionados al cómic.
Este libro hace justicia a un artista tremendamente innovador que forma parte del panteón de nuestro cómic.