En verano, el rey de Francia, intentando sanear las cuentas del Reino y volver a subir los impuestos, decide convocar un órgano consultivo inusitado desde 1614: los Estados Generales. Los notables de los Tres estamentos que conforman el Reino de Francia "clero, nobleza y Tercer Estado", eligen una asamblea de 1139 representantes para llevar a cabo esa reforma fiscal. Llegan a Versalles cargados de protestas de todos los varones franceses mayores de veinticinco años. El contenido de esos pliegos de quejas va mucho más allá de la simple crisis financiera.