Un día, hubo un verano en nuestra vida. Un verano de sol, de color, embrujado por perfumes exuberantes y secos, un verano de colinas, de riachuelos, de castillos mágicos y de juegos sin fin, donde el día se confundía con la noche, donde la luna se enamoraba de las estrellas.
Este verano es el de nuestra infancia, un momento de esplendor escondido en nuestra memoria, donde el amor y la vida perduran para siempre.