Desde su aparición en un mini-relato, el intrépido niño y su cocker se han convertido en los compañeros de aventuras de varias generaciones.
Bill y Bolita se inscribe en un género ampliamente desarrollado en los Estados Unidos, pero la serie no es únicamente otra variación sobre la vida cotidiana.
Jean Roba, su creador, ha querido que sea una crónica doméstica vista a través de los ojos de un perro. Y no de cualquier perro, ya que se trata de Bill, su propio cocker, acompañado de su hijo Phillipe, apodado Boule (Bolita).
Es un ejemplo de cómo llegar a una obra universal, a través de lo más personal.