Si faltan piezas en el puzle de una investigación policial, un peculiar psicoanalista posee la misteriosa habilidad de rastrearlas, una actividad que le valió la enemistad y las burlas de muchos de sus compañeros psiquiatras y de los miembros del sistema judicial. Examinando a los testigos más inverosímiles, Simon Radius penetra en la nebulosa de sus recuerdos enterrados y sus traumas reprimidos cuando la policía o sus clientes solicitan sus servicios. Entre experiencias mentales, historias turbias y visiones infernales, Radius va entregando los resultados de sus investigaciones. Pero, ¿será capaz el autoproclamado Psicoinvestigador de completar su propio rompecabezas, el más impensable y difícil de todos?
Un cómic muy original con un guion inteligente, divertido y lleno de ironía. Las ilustraciones de Drahan son brillantes, con un manejo visual de las secuencias oníricas y las exploraciones de la memoria que atrapan de inmediato. El uso de los colores y la habilidad para hacer conceptos psicológicos accesibles, completan un álbum lleno de buenas ideas, una historia de detectives fabulosa.