Desde el principio de los tiempos, los Lobos de Izuna han sido los protectores del Árbol Sagrado.
Se oponen ferozmente a los demonios Noggos, manteniendo así una frontera invisible entre el mundo de los hombres y el de los espíritus.
La misteriosa aparición de una joven dentro de la manada alterará este frágil equilibrio.