¿Podemos creer en el amor cuando parece tan complicado? A pesar del divorcio de sus padres y la mudanza, Garance no deja de pensar en el vecino que toca la guitarra bajo su ventana. Linon, mientras tanto, sigue ignorando a Noa e intentando ayudar a sus amigas siempre que lo necesitan. Por su lado, Adéle se esfuerza en confiar en la gente y en valorar su arte, Enjoy lucha contra un acoso que no sabe cómo parar y Charlie sigue deseando que alguien la quiera. ¿Pueden los vínculos que unen a las personas ser sinceros, profundos y duraderos?