Una fiesta en un yate privado es la primera etapa de un descenso a los infiernos que conduce a Corto Maltés desde los exclusivos festejos de la jet set veneciana hasta el corazón sangrante de Irak, pasando por la costa croata, los arrabales de Sarajevo y las callejuelas de Estambul. Su camino está empedrado de buenas (y malas) intenciones, pero también de piratas, terroristas y agentes de la CIA. Después de Océano negro, el guionista Martin Quenehen y el extraordinario dibujante Bastien Vivès (uno de los mejores historietistas franceses de la actualidad) prosiguen las aventuras de Corto Maltés en el siglo XXI ofreciendo una versión insólita, pero muy respetuosa, del célebre marino creado por Hugo Pratt.