Desde que era pequeña, Fantine guarda los momentos más importantes de su vida en dibujos que, después, convierte en pájaros de origami. Da igual si esos momentos fueran buenos o malos: con las lágrimas que nunca pudo verter, ni de tristeza ni de alegría, ella creó su aviario de los recuerdos que ahora guarda en una enorme pajarera en la parte de atrás del jardín. Tras acabar en el hospital, Luisa, su nieta, entrará en la pajarera de Fantine y empezará a abrir sus pájaros de papel para descubrir los recuerdos que guardan dentro y, con suerte, sanar a su abuela. Sin embargo, resulta que el duelo ha sido siempre parte de su familia y, tal vez, en su pasado esté la clave para curar las heridas abiertas.
