AHORA LEBELONT TIENE MÁS MOTIVOS AÚN PARA ODIAR A KÖINZELL.
Las alas negras han resurgido y han matado al hijo de Lebelont, quien lanza a todo el ejército imperial a subyugar al rebelde Köinzell. Unos se vengan y otros vengan a sus seres queridos; unos arrebatan y otros protegen. En una situación de máximo desconcierto, los designios de los hombres empiezan a tomar forma.