Con la entrada del ejército en Parisii, la capital republicana, el pueblo del Imperio comienza a saborear las mieles de la victoria. Sin embargo, la mayor Degurechaff recuerda, gracias a los conocimientos históricos acumulados en su vida anterior, las consecuencias de la batalla de Dunkerke y teme que algo parecido pueda ocurrirle al Ejército Imperial. Pese a tener en contra a sus superiores, la mayor decidirá tomar cartas en el asunto y lanzar un ataque preventivo.