El asco como fuente de terror queda patente en Glicérido, el cuento chorreante de grasa que inicia esta selección. Le siguen, entre otros, varios relatos donde las tragedias personales dan pie a historias estremecedoras, el homenaje de Junji Ito a su bichón maltés Non-Non y una descripción vívida de la tortura de tener una canción insistente en la cabeza. Finaliza con Una historia aplastante, una obra donde el miedo empieza a partir del gusto y en la que el autor se esmeró al máximo para dibujar con precisión los cadáveres aplastados que pueblan sus páginas.