BEETLE BAILEY comienza su andadura en el mundo de los cómics como estudiante universitario, vago y poco amigo de los libros, toda una novedad que se adelantó a su tiempo. Pero entonces estalla la guerra de Corea y, como tantos otros jóvenes, Beetle acaba por enrolarse en el ejército.
Beetle no cambia de personalidad, sigue siendo vago y poco amigo del esfuerzo físico. Maniobras, servicio de cocinas, guardias, arrestos, escaqueos, permisos y búsqueda de chicas conforman a partir de entonces su vida.
La parodia de la disciplina militar, que no de la guerra, cala entre el público y se convierte en un éxito rotundo.
Porque Beetle nunca fue a la guerra, nunca pegó un tiro.
Y nunca le vimos los ojos.